«No hay otra redención para la humanidad que el reconocimiento de
su divinidad. Vosotros sois las semillas de ese entendimiento. Todo lo que penséis, todo
lo que entendáis, eleva y expande la conciencia en todas partes. Y cuando vivís lo que
habéis comprendido, enteramente por el bien de vuestra propia vida, permitís que
otros vean en vosotros un proceso de pensamiento más sublime, una comprensión
mayor, y una existencia con más sentido que la que ellos ven a su alrededor.»
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